El reflejo de un desconocido
De lo que pudo parecer y quizá fue... o no

15.2.04

Ayer tuve una noche guapa de juerguecilla. Resultó que Félix y los demás no salían, asi que me piré con Jandro a Oviedo, y nos quedamos en casa de su abuela. Cayeron dos pintas y, al menos, 7 botellas de cerveza. No hubo nada especialmente reseñable, pero presto estar toda la noche sólo charrando y disfrutando de la música y los bares, y sin ruques mentales por tías, ni movidas con colegas. Eso sí, hoy tenía una resaca cojonuda.

23:58