El reflejo de un desconocido
De lo que pudo parecer y quizá fue... o no

13.2.04

Como no iba a hacer el examen, aproveché para quedar con Luismi y Migui en Oviedo. Fue un encuentro agridulce. Estuvo bien reunirnos después de unos cuantos meses, pero precisamente por eso, había momentos en los que no se nos ocurría de qué hablar. Menos mal que siempre nos queda la cerveza, y con una caña y una pinta por cabeza ya estábamos otra vez como en los viejos tiempos.

Lo malo es que no es lo mismo. Cada vez me sorprendo más de redescubrir estos momentos que antes eran habituales, y sin saber porqué ni cuándo, un día dejaron de ocurrir. Estando con ellos en el 13 y en otro pub, me acordaba del año cojonudo que pasamos; sólo preocupados de pasarlo bien, y de que nos quedara dinero para comprar spaguettis o pagar las cervezas del día siguiente. Y ahora resulta que se acabó y no hay vuelta atrás. Aunque costase creerlo hace unos pocos años, Luismi es el que más asentado está ahora: tiene su curro, su novia y sabe lo que quiere. Migui está igual que yo: harto de todo, y con ganas de encontrar de una vez algo estable a lo que agarrarse; decía que en cuanto acabe el CAP intentará irse con una beca, si se la conceden, y sino que se largará lejos de todas maneras. Supongo que yo debería hacer lo mismo.

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