El reflejo de un desconocido
De lo que pudo parecer y quizá fue... o no

7.8.04

Otro año más, otro Sella más. Por suerte, volvimos a tener sitio en el camping (aunque gracias a Erika y sus amigas), porque estamos cada vez más señores. Se vino con nosotros Marino, que protagonizó la anécdota del fin de semana al "enamorarse" de una de las amigas de Erika que hasta tenía el novio por allí. El jueves estuvo en nuestra línea, con amnesia total: me acuerdo de muy poco, y parte de ello soy yo saltando la valla del camping por alguna extraña razón, ya que hay una puerta abierta para algo. El viernes sí que estuvo de puta madre, con mucha risa, mucha música y, por una vez, la cantidad justa de alcohol. Eso sí, después de llegar a las 7 y pico de la mañana y darme una ducha, sólo he dormido una hora y media, así que estoy matadísimo.

Después de salir de Ribadesella y dejar a un par de colegas de Erika en su casa, me fui con Marino a comer al Gino's, pasando primero a saludar a Luismi, que se va a currar a Madrid y quedó en que me llamaría para una comida de despedida.

19:36