El reflejo de un desconocido
De lo que pudo parecer y quizá fue... o no

18.7.04

Otro sábado, otro día de fiesta. Vale que se me ocurrían mejores sitios y una mejor compañía en la que estar, pero no estuvo mal la cosa. Al menos hasta el final del todo. Primero hicimos un poco de relajamiento isabelino con el amigo ponche y una cojonuda banda de versiones que tocaba en uno de los chiringuitos de la Semana Negra, y más tarde, y como era temprano, nos dio por acercarnos hasta Somió a ver si encontrábamos a Varo y los otros. Estaban, y nos quedamos con ellos hasta que se acabó la juerga, que fue cuando nos pusimos camino de casa en el coche de Cilio, salvo que no llegamos al destino: nos metimos por una carretera en obras, con la mala suerte de que el Megane rompió el depósito del aceite después de chocar contra una alcantarilla levantada. No se podía mover el coche porque se hubiera quemado el motor (que ya es bastante más grave), así que se nos bajó la borrachera de manera instantánea. Cilio no parecía muy jodido, pero fue una verdadera putada.

19:25

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9.7.04

No ha estado nada mal la semana académica, empezando por que me dijo Patri que por fin aprobé XIX. Además me han admitido en lo de Alojamiento, a pesar de haber tenido que ir por reclamación. La semana que viene haré la matrícula, y a esperar el comienzo (supongo que para Octubre). Tengo que enterarme bien de cómo funciona todo, y del programa del curso, pero me da bastante tranquilidad, además de mucha ilusión por empezar algo que no vea como obligación.

Encima el curso de verano de esta semana, sobre arquetipos de mujer en el cine, ha estado guapísimo. Las conferencias muy interesantes y didácticas (a pesar del excesivo toque feminista de Carolina o Maica), y acompañadas de una película cada una. A ver si el curso de la semana que viene es la mitad de llevadero, que no tiene pinta. Nota mental: La hija de Socorro está buena, es muy maja e inteligente; si empieza a dar clases, casi que es hasta para pensarse la rematriculación.

22:23

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4.7.04

La comunicación es uno de los pilares sobre los que se asientan las relaciones interpersonales. A partir de ella, crecen la confianza y el amor que, irónicamente, permiten que la comunicación directa de emociones y pensamientos no sea tan necesaria. Es difícil llegar a un óptimo nivel de conexión con la otra persona si antes no se abre el corazón de manera fluída y honesta, lo que además otorga un gran plus de comodidad a su compañía. Ese trato sin ataduras es el que acaba por dar viabilidad, o no, a esa relación. En relación con ello, este fin de semana he tenido dos episodios antagónicos:

El sábado pasé la tarde con Alma. Dando una vuelta por la playa, y luego charrando tranquilamente en La Casona mientras tomábamos una cerveza. El que ella pidiera también cerveza es un buen ejemplo de la tónica de la tarde, porque hablamos de una manera abierta como pocas veces lo habíamos hecho, y por primera vez sobre algunos temas suyos más espinosos (novios, alcohol...). La verdad es que me gustó mucho, quizá por lo raro que se me hizo ese hablar de tú a tú con total naturalidad.

Por contra, el fin de semana con Jandro fue totalmente diferente. Cada vez tengo más claro que ambos nos hemos puesto fronteras recíprocamente, aunque sea sólo en ciertos temas. Tampoco es que esté molesto con él por ello (después de todo, yo hago casi lo mismo, e incluso mantengo un blog en el expreso mis sentimientos, permitiendo que otra gente lo lea, pero no él), pero sí que me produce mucha extrañeza cada vez que se produce una prueba de que esta distancia entre nosotros existe. No es sencillo hacerse a ello, por muy lógico que sea.

Cambiando de tema, ayer me encontré con Merce en el Clan. El buen rollito de siempre, quizá un poco más por las horas y el alcohol que llevábamos, y unas buenas ganas que me entraron a mí de hacerme algo con ella. Además, ella no parecía cerrarse en banda precisamente.

23:53

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2.7.04

No me conviene alargarlo, pero ahora tengo una gran sensación de liberación. Me hace falta refrescar la cabeza, así que ayer me pasé media tarde vegetando con Jandro en un merendero, y la de hoy dando una vuelta por la playa con Fer (y hablando con él sobre el tema "curros"). Tampoco estoy como para sentir culpabilidad por perder el tiempo, ya que las dos próximas semanas los cursos no me dejarán demasiado hueco libre.

Esta mañana medio arreglé a toda prisa la preinscripción para el módulo de Alojamiento, en la Escuela de Hostelería. Me da que va a ser para nada, pero por probar... Ya sería la leche que enterándome el último día, faltándome papeles, y con la sudada más gorda de la historia por las carreras, me saliera bien el intento.

Hoy conseguí, tras varias semanas, volver a escribir al resto de Warwicks. Parece mentira lo poco que me costaba hacerlo en Irlanda, y la pereza y falta de inspiración que tengo aquí, sin embargo.

23:54

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